Cuando me encargaron el R-160 de Grant Featherston supuso un bonito reto que me hizo pensar, que sacó lo mejor de mi y que me permitió trabajar con ilusión y con entusiasmo. Algo parecido me ocurrió con el Poeten y con el Pelikano de Finn Juhl y con el Papa Bear de Hans Wegner, sin embargo, cuando me pidieron el Ro de Jaime Hayon me sentí un poco incomodo.
Busqué algo de información y me encontré con un diseñador joven que estaba trabajando para Fritz Hansen, encontré también varios post y reportajes sobre la presentación del Ro en sociedad y me dio la sensación de que era un sillón tan joven como su diseñador y tan vivo como el mismo. Sentí que ese sillón era parte de él y que yo no tenia derecho a copiarlo.
Quizás por eso repliqué el Ro con la mayor honestidad posible, tratando de conseguir su elegancia y su rebelde personalidad, que a veces recuerda al orejo clásico y otras al baquet de un bólido.
Aquí...., mi recreación del Ro de Hayon, con todos mis respetos.