Bella veta del pino...., pero discola y rebelde, no tiñe por igual y en la veta roja resbala el tinte y la lija. La blanda y blanca se empapa de color y se deja devorar por esa misma lija.
El haya, de vetas timidas y casi del mismo color, tan solo con pintas que apenas se ven, se deja teñir docilmente y sonrie satisfecha y sumisa, tan sumisa que los ebanistas la ven sosa y sin personalidad..., pero eso si, nunca dice no y siempre terminan eligiendola.
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