Hacia 1940, mientras Europa se convulsionaba en plena Segunda Guerra Mundial, un arquitecto nacido en Finlandia y afincado en Estados Unidos, pensaba en las personas que sobrevivirian a esa guerra, imagino que también pensaría en el sufrimiento, en las muertes, en el horror de los bombardeos, en el vergonzoso sometimiento de los paises ocupados por las tropas extranjeras..., pero también dió por sentado que esa guerra acabaría algún día y que las personas que lograsen escapar a la barbarie y a la sin razón, se merecerían un lugar en el que reposar, un lugar en el que sentirse protegidos, relajados y a salvo.
Debió imaginar que esas circunstacias solo las proporcionaría el útero materno y por eso diseñó su sillón Womb, incluso llegó a comentar que debían de ser las mujeres quienes disfrutasen de esa nueva forma de sentarse, de manera informal, sin normas de comportamiento ni de etiqueta.
Su sillón debía de incitar e invitar a todo eso, a regodearse en su interior, a tumbarse, a encogerse, a pegar las rodillas al pecho o dejar colgar las piernas por encima de los reposabrazos.
Pero el Womb era tan solo una esquisitez del arquitecto, un detalle para que las personas pudiesen disfrutar de forma intima dentro de sus hogares, sin embargo, donde se puede apreciar la genialidad de Saarinen es en sus edificios, sus lineas organicas, vivas y dulces, recuerdan a enormes crisalidas, a entes vivos en cuyo interior bullia la vida y la actividad humana.
Yo tan solo he recreado su modelo Womb, aunque he tenido que modificar bastantes elementos, pero en esencia recuerda y rinde un tardio homenaje a ese útero que Saarineen regaló a aquellos que pudieron salvar sus vidas, fué como invitarles a volver al interior de la madre, despues de comprobar el grado de brutalidad y salvajismo al que podía llegar el ser humano.
Es casi imposible, que en los tiempos de tanta crueldad, alguien estaba diseñando algo que no sean tanques o trincheras.
ResponderEliminarUn saludo
Bueno Dana, imagino que estas personas no podían entender el porque de semejante guerra, o el porqué de la guerra en si misma, aunque ninguna persona en su sano juicio puede asimilar el concepto de guerra y destrucción...., puede que por eso Saarineen pensase en crear y no en destruir.
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