Cuando me trajeron la foto de este sofá, me gustó, me recordó a los cuernos de un elefante o a los cuellos de jirafa que soportan algunas mujeres de etnias asiáticas o africanas, apresados por las tradiciones y por las creencias, por las culturas ancestrales.
El esqueletaje o armazón del Kripal no es muy complejo pero si espectacular; por cierto, yo lo habría bautizado como Triban o Marfil. Es uno de esos modelos que me gusta hacer y que después me gusta contemplar. Es una pieza que decora la vieja carpintería y que, durante los días que está en ella, atrae las miradas de los visitantes.
En un plano de frente se pueden observar esos reposabrazos altos y elegantes, que se arquean hacia dentro y, pese a las pocas líneas curvas del sofá, le dan mucha elegancia y ligereza, a pesar de medir dos metros y medio por uno de profundo. Tiene la línea de un bañera clásico, es decir, mantiene la misma altura en brazos y respaldo.
I love to see the full finish of this frame
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